Aunque nuestra fama viene precedida por las rosquillas de Alhama, muy reconocidas y desde hace muchos años manteniendo el mismo nivel de calidad de siempre, diariamente elaboramos pan y dulces respetando nuestra identidad que no es otra que la de dar un producto de máxima calidad utilizando los mejores ingredientes y utilizando las mismas recetas de siempre.

En 1940, a manos de mis abuelos Amparo y Francisco nace esta panadería que sirvió de gran ayuda para mucha gente de Alhama, debido a la hambruna que existía tras la guerra civil, ayudaban permitiendo que hornearan sus propios productos para el consumo propio y para venderlos por su cuenta, facilitándoles incluso las recetas para su elaboración, una generosidad que todavía se recuerda en el pueblo. Por aquella época se hacían además del pan tradicional unas rosquillas, que llegaron a convertirse en imprescindibles para los alhameños sustituyendo en muchas ocasiones al pan. Amparo que fue una gran emprendedora, fue la primera del pueblo en comercializarlas. Se consumían acompañando al queso, jamón, chorizo…, incluso servían de merienda para los niños con el chocolate.

Haciendo rosquillas

Comprando un horno de cinta

En 1969 mis abuelos dieron el paso a mis padres y mis tíos, matrimonios formados por Diego e Isabel y Paco y Celia creando una sociedad con el nombre de Productos Dicel denominación que resulta de unir las iniciales de los hermanos Diego y Celia. Ellos hicieron crecer la empresa mejorando las instalaciones en Alhama y posteriormente abrieron otra panadería en Almería.

Haciendo roscones de reyes

Haciendo tortas de chicharrones

En la actualidad, somos mi primo y yo, Paco y Diego, los que seguimos con el negocio familiar y pese a la crisis del sector de la panadería debido a la introducción en el mercado de productos baratos de baja calidad, nosotros seguimos haciendo buen pan como nos enseñaron nuestros abuelos y nuestros padres.

Cociendo en un horno de leña

Cociendo en un horno de leña

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